A toro pasado...

La verdad es que el toro de halloween ya pasó, pero no su incursión en este nuestro país. Está claro que a nivel comercial es mayor negocio el halloween que el día de todos los santos, más rentable la bruja y su escoba que Don Juan y Doña Ines, en fin que la conquista cultural y comercial está en marcha. Es más rentable...

Lo triste de está historia para los que creemos en una dimensión espiritual de la vida, al ser cristianos, es que no todo es juego y chuches. Sino que hay una transcendencia espiritual en participar en una fiesta, que lejos de la apariencia, sigue siendo un culto a la muerte y a los muertos. Lo triste además, para nosotros los evangélicos (protestantes), es que la importación proviene de países teóricamente evangélicos, donde se desmoronan los principios y se acomodan a la nueva religión postmoderna: El Hombre.

Pero nos encontramos en una sociedad postmoderna que siendo materialista vuelve a la "religiosidad" en todos los sentidos posibles, ya que la relatividad también forma parte de estos tiempos. Así que vuelta a los cultos, llamados paganos por nuestros antiguos, ya que en realidad todo es un juego, ¿o quizás no?

En fin solo nos queda OBJETAR y eso haremos. En las guarderías, en colegios, en la sociedad, en la cultura. Ser bicho "raro" se paga con miradas extrañas, comentarios jocosos o irónicos. Pero si no actuamos según nuestra conciencia, no somos personas, solo títeres. Perdonenme, NO SOY TÍTERE.

Os recomiendo una meditación de un compi de "cruzada": La Compañía del Solitario.

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