No todo es un folleto y hablar de Jesús

El principal heraldo de un mensaje es su portavoz y si este carece de valor suele impregnarlo al mensaje.

Eso ocurre habitualmente cuando se trata de compartir el evangelio a otras personas. La acusación más rápida no es contra el mensaje, sino contra el mensajero en cuestión, o bien otros mensajeros de antaño.

Trabajo cuesta hacer ver que aunque el mensajero es un pecador falible e igualmente lo eran otros antaño, o bien organizaciones. Lo importante es el mensaje en si.

Muchos se pierden en acusaciones a la iglesia tal o cual, a la persona tal o cual, o al eclesiástico tal o cual. Y el mensaje queda oculto. ¡Que pena!

El cuadro que preside esta reflexión es "El levantamiento de la Cruz" pintado por Rembrandt en 1633. Y aquí el mensaje es claro. El pintor es uno de los que ayuda a levantar, a ejecutar a Jesús. Ya que el personaje de la boina azul es el propio Rembrandt. Conocedor de que fueron sus pecados, y añado, también los míos, los que llevaron a la cruz a Jesús. Ya que lo esencial de este mensaje es que; Él (Cristo) ocupó el lugar que nos merecíamos nosotros.

Me resulta agradable pensar que cada hombre y mujer que ha creído en Jesús es consciente de su estado caído y de la vida restaurada que Jesús en la Cruz nos vino a dar.

Mi amigo, si lees esto y no eres creyente, y siempre que alguien te ha compartido las Buenas Noticias del Evangelio has defendido tus tesis basándote en el fallo de los "mensajeros", te preguntaría:

¿Has analizado al verdadero mensajero: Jesús de Nazaret?
¿Has analizado su mensaje o solo la versión que cuentan otros de Él?

El cristiano no teme a los que hacen preguntas o se hacen preguntas, sino a los que encontrando las respuestas no toman decisiones basadas en ellas.

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